miércoles, 1 de agosto de 2007

La dimensión etológica

La etología, o la ciencia que estudia el comportamiento, no es una ciencia reciente. En cierto modo el primer etólogo fue Charles Darwin (1809-1882) que, además de sus estudios sobre el origen de las especies escribió un libro que ha influenció mucho a etólogos posteriores: "The expression of the emotions in animals and men". Por supuesto dentro de la historia de la etologia otro personaje muy importante es Konrad Lorenz (1903-1989) que hizo contribuciones fundamentales a la etología moderna.
Sin embargo, la primera referencia a la etología como una ciencia clínica aparece en el British Veterinary Journal en 1969. Desde entonces la importancia de la etología en el ejercicio de la veterinaria se ha hecho cada vez más patente.

En este post no pretendo profundizar mucho en las bases o fundamentos de esta especialidad veterinaria. Ultimamente proliferan especialistas por todas partes y podríamos decir que entre veterinarios y propietarios es una especialidad que está "de moda".
Lo que pretendo aquí es exponeros un minidebate que tuvimos el otro día y como la etología aporta una nueva dimensión a la hora de plantearnos un caso clínico.

En este caso se presentó un WHWT de cinco años, criptórquido, para una visita de vacunación.
Se sugirió al propietario realizar la castración para prevenir la tumoración del testículo retenido.
Tradicionalmente, frente a la criptorquidia, se aconseja la orquiectomía bilateral, pero el único motivo alegado para extraer el testículo contralateral es la heredabilidad de este defecto.

En este caso nos encontramos con un perro integrado en una familia con otros tres perros.
Una hembra WHWT joven en estado fértil, un macho Yorkshire de 9 años y un cachorro de Bulldog Ingles de 5 meses.
El macho criptórquido, nuestro paciente, es el dominante del grupo y tiene con el cachorro un comportamiento agresivo destinado, en un principio, a marcar su posición jerárquica. Con el resto del grupo, siempre según los propietarios, no presentaba ningún tipo de problema.

El dilema al que nos enfrentamos es que si nos decidimos por una castración completa podríamos alterar la jerarquía de la manada con posible problemas entre nuestro paciente y el cachorro de Bulldog. Aunque es imposible predecir que ocurriría si realizamos la orquiectomía bilateral es importante justificar bien nuestra decisión y no he encontrado ninguna contraindicación a la orquiectomía unilateral, salvo por el hecho de la heredabilidad de esta malformación.

Creo que en este caso se debería, cuanto menos, hablar con el propietario y exponerles los pros y contras incluyendo las posibles consecuencias etológicas de cada decisión. ¿Que opináis?

Un saludo

No hay comentarios: